POR DANIEL


La noticia duró un día en la página digital y un pedacito de diario del domingo. No parece importante, es casi “una nota de color” dentro de las policiales.

Pero nosotros tenemos miles de fotos de Daniel: solo, con su primo Gerardo, con un compañero, con otro, con sus sobrinas, pintando el mural, con cada uno de nosotros, una y otra vez.

Daniel, el del batacazo artístico que supo identificarse con todos los colores y con la leyenda "palabras libres" en su camiseta. Daniel, el flaco, que no largó el micrófono para invitar a bailar al ritmo de la murga y que junto a sus sobrinos improvisó una comparsa para alegrar la tarde de un domingo en prisión.

Daniel Martínez para nosotros tiene cara, cuerpo, sonrisa, palabras sueltas, salidas cómicas y una sucesión de pequeños logros a partir de sus esfuerzos. Un camino en el afecto ganado poco a poco.

El sábado fue asesinado en un pabellón de la U.P.Nº1 de Paraná. No es el primero que conocemos.

¿de qué hablamos cuando hablamos de inseguridad?

Daniel había aprendido trabajos en la huerta. Le encantaban las cámaras de TV y se enamoraba fácilmente. Quería leer y ser protagonista de la Chamuyo FM.

Nos reíamos con él.

Todavía no tenemos la computadora (él diría que ya van como veinte) y hay un crimen más para llorar.

Otra vez los palabreros no saben qué decir ante tanta impotencia… sólo una puteada y las lágrimas.

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